Otro pastel delicado que permite muchas variaciones geniales. Se puede servir solo o con azúcar pulverizada, con frutas y crema, con helado y salsa de caramelo de café e incluso puede utilizarse como base para un postre muy sofisticado como el café bomba. No es muy dulce, si lo va a comer solo, es mejor que reduzca la cantidad de jarabe de café a 3 cucharadas.
Precaliente el horno a 180 °C.
En el recipiente del procesador vierta la ha- rina, una taza de azúcar y el polvo de hornear. Mezcle con un tenedor o con un batidor para huevos; haga un hoyo en el centro y vierta las yemas, el agua, el aceite, el jarabe de café, la vainilla y el extracto de almendras. Bata a velocidad media baja de 2 a 3 minutos o has- ta que esté brillante.
En otro tazón limpio ponga las claras, el cremor tártaro y la sal, bata a velocidad me- dia-alta hasta que quede una mezcla espu- mosa, durante 2 minutos, aproximadamente. Agregue una taza de azúcar, despacio, y bataa velocidad alta durante minutos, hasta que la mezcla esté brillante y espesa.
Vierta las claras de huevo en la mezcla que hizo con las yemas.
Vierta en un molde sin engrasar.
Hornee de 45 a 50 minutos. Podrá saber si está listo si al presionar la preparación con los dedos ésta vuelve a retomar su forma ori- ginal.
Retire del horno. Déle vuelta al pastel y deje reposar sobre una rejilla.
Desmolde al día siguiente.